Un discípulo pregunto a su maestro:
-Maestro, ¿cómo llegar a la iluminación?
-Es muy fácil- respondio el maestro- Para llegar a ella. debes
hacer exactamente lo mismo que haces cada mañana para que el sol salga.
Perplejo, el discípulo se rascó la cabeza, preguntándose qué hacía cada mañana para que
el sol saliera. Después de una detenida reflexión, arribó a la conclusion de que, en el fondo, estrictamente no hacía nada.
-Pero entonces, ¿para qué sirve estudiar caligrafía, karate, kendo, tiro con arco, elaboración de arreglos florales, fabricación de bonsais, etc? -preguntó al maestro- ¿Para qué sirve todo eso?
-Precisamente para que, cuando salga el sol, te encuentres en verdad con los ojos bien abiertos.
Tomado de: La sabiduría de los chistes.
De Alejandro Jodorowsky.
-Maestro, ¿cómo llegar a la iluminación?
-Es muy fácil- respondio el maestro- Para llegar a ella. debes
hacer exactamente lo mismo que haces cada mañana para que el sol salga.
Perplejo, el discípulo se rascó la cabeza, preguntándose qué hacía cada mañana para que
el sol saliera. Después de una detenida reflexión, arribó a la conclusion de que, en el fondo, estrictamente no hacía nada.
-Pero entonces, ¿para qué sirve estudiar caligrafía, karate, kendo, tiro con arco, elaboración de arreglos florales, fabricación de bonsais, etc? -preguntó al maestro- ¿Para qué sirve todo eso?
-Precisamente para que, cuando salga el sol, te encuentres en verdad con los ojos bien abiertos.
Tomado de: La sabiduría de los chistes.
De Alejandro Jodorowsky.
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